Vivimos constantemente en una carrera contra el tiempo, por querer ser el primero en todo. Nos esforzamos toda la vida en ser los mejores padres, los mejores amantes, los mejores profesionales, los mejores en muchas cosas.
¿Pero realmente nos preocupamos por ser cada vez más auténticos, vivir a nuestro ritmo y poder disfrutar de los momentos y espacios propios, para crear y explorar en lo que queremos hacer con nuestras habilidades?
Piensa en un instante que ya te queda poco para seguir viviendo y es allí cuando entramos en consciencia de que realmente debemos vivir como lo soñamos.
Nacemos para morir, pero nuestro entorno nos dice constantemente que debemos vivir a un ritmo acelerado cuyo único objetivo es llegar a la excelencia y ser exitosos sin aprender para que. Esos parámetros nos hacen alejarnos de lo que realmente debemos concentrarnos sin perder el orden y sentido de las cosas. Construye tus propios ejes y guíate de tu instinto, de lo que ves, de lo que sientes de lo que amas y te apasiona realmente
¿Pero realmente aprendemos a vivir de nuestras experiencias y sacar de ellas lo mejor?
Ten el propósito de entender que estamos aquí para vivir a nuestro ritmo, paso a paso en nuestros espacios como una forma de auto descubrirnos y saber de lo que somos capaces con nuestras propias vivencias y no de los que nos digan los demás.
Vivir con libertad y sin miedo a que no lleves el ritmo de otros es ser autentico contigo mismo.
Cuando nos hacemos viejos, somos mas conscientes y sabios de lo que queremos sentir. Pero el tiempo para ellos pasa a un ritmo muy lento. Cuidan cada paso que dan para no caer. Se desvelan por las noches porque quieren volar y en el día quieren seguir durmiendo, para soñar.
Cuando nos hacemos viejos, miramos cada detalle tan simple como observar a los demás sin juzgar ni sacar conclusiones. Para ellos las conclusiones no existen, solo es despertar y mover el cuerpo con la intención de sentir sus emociones. Es una nueva oportunidad de vivir nuevamente de otra manera.
Ahora que no somos viejos, debemos pensar en cómo queremos ser cuando lo seamos. Ellos son la muestra de nuestra consciencia hoy.
A mí me gustaría llegar a vieja y decir que estoy agradecida de haber vivido aprendiendo a mi ritmo con las cosas realmente importantes.
No es fácil en estos tiempos, cuando estamos saturados de mucha información por todos lados, en querer decirte como debes actuar y pensar bajo los estándares impuestos.
Solo piensa un momento en que tienes la capacidad en detener el tiempo y es allí donde puedes plantearte la posibilidad experimentar, crear, definir, moldear a un ritmo lento porque tienes control sobre el tiempo.
Muchas veces alejarnos de la sobreexposición, los ruidos y la información nos hace más creativos.
Sentir toda la energía vibrante para descubrir quién eres y que te hace sentir tan bien contigo mismo.
Al hacernos viejos, tenemos todo el tiempo para vivir como siempre hemos querido. Ese tiempo en que no sabemos nada del exterior, del que dirán de nosotros.
Por eso para ellos es tan importante llevar las cosas con calma, porque saben que tienen todo el día para explorar a su ritmo y jugar como niños porque no hay quienes los observen para ser juzgados ni tampoco tienen los sentidos tan agudos para enterarse de lo que ocurre realmente. Viven con sus limitaciones, rindiéndose a su mundo de sueños.
Al llegar a ser viejos vivimos con libertad, pero ¿Por qué no lo hacemos ahora que tenemos la vitalidad para hacerlo y con los sentidos mas agudos?.
Piensa en el ahora con calma y tómate tu tiempo para ti y construye tu esencia aprendiendo de lo que observas, sientes y escuchas de una manera consciente.
Nota del Autor
Categoría: Reflexiones. Inspiradas en las personas de la tercera edad que viven en los Centros de Residencias Geriátricas.
Temas
Vitalidad/oportunidad de vida/Memoria emocional/redescubrimiento/sensibilidad