—Me preguntaste si siempre he permanecido aquí y por la costumbre de estar en el mismo lugar. Déjame decirte que, en mis sueños, nunca había estado en este sitio. Sin embargo, cada amanecer me confirma que pertenezco a él.
El chico sonríe y le dice:
—Tus palabras me son difíciles de entender, pero en mi lenguaje sencillo puedo decirte que, cada vez que abro los ojos, siempre te has hecho presente en mi realidad.
—¿Cuál es tu realidad? —resonó el eco de aquella pregunta.
—Ahora mismo, veo a un niño solo hablando ante el inmenso mar.
—Aunque no lo creas, mi realidad eres tú, y tu existencia soy yo. Ambos pertenecemos a un mismo lugar; porque, en ocasiones, tú has dado forma a muchos, haciéndolos parte de ti, y algunos hemos osado sentir un instante de tu presencia.
Sin comprenderlo del todo, te llevas una fracción de nosotros a la inmensidad de tus entrañas, hasta la eternidad de la muerte, sin devolvernos jamás a la tierra, a la creación.
—Detente un momento, chico. Tú mismo has dicho que tu realidad es la mía y mi existencia es la tuya.
—Es el juego del mar, de la vida que nos creó.
—Señor, ¿por qué está todo empapado y mira al mar llorando? —pregunta un niño que se acerca a él.
—Solo observo la verdad de mi vida. Una vez, tuve a alguien igual a ti a mi lado, y ese inmenso mar se llevó a mi pequeño para siempre. —El chico lo toca y le dice—: No, no señor, no se preocupe, solo fue el juego del mar.
Una vez, un niño y un hombre buscaron la luz de la vida.
Nota del Autor
Categoría: Relatos Cortos/Ficción.
Inspirada en las adversidades y superación. Es un diálogo de conciencia compartida, de misterio y reflexión sobre la conexión entre las almas, la realidad y el sentido de la existencia. La fragilidad, el dolor en los ciclos de la vida.
El mar, con toda su inmensidad y misterio, se convierte en una representación simbólica de la vida misma, donde las personas van y vienen, a veces perdiéndose en su vastedad, pero dejando siempre una huella en los demás.
Temas:
Adversidades/Superación/Energía/Renovación/