Con un «Grand Jeté» Bastián se eleva en el aire, suspendido como un pájaro en vuelo. En ese instante, el tiempo parece detenerse; cada movimiento, en cámara lenta, revela su belleza, vigor, y fuerza. Sus piernas trazan una línea perfecta en el aire, reflejando la pasión que lo impulsa.
Al aterrizar con gracia, Bastián dirige una mirada elegante a Oriana, invitándola a realizar un «Porté». La energía que los une se desborda mientras bailan sobre el escenario, como si solo existieran ellos en el mundo, comunicándose sin palabras.
Sus movimientos se entrelazan en armonía, desafiando la gravedad. Bastián roza la pierna de Oriana, acariciándola como si fuera un delicado pañuelo de seda. Ella, desde la distancia, lo observa con sus profundos ojos azules, apreciando cada detalle de su figura, esculpida con esfuerzo diario.
Las luces comienzan a apagarse, y Bastián se despide de Oriana con un último movimiento: una caída fluida, una respiración consciente, hasta que su cuerpo toca el suelo y se levanta con la misma gracia.
Con una sonrisa, Oriana lo toca suavemente, recordándole que es hora de comenzar el día en la escuela. Bastián abre los ojos y le dice: “Gracias.” Ella responde: “De nada, Bastián. Fui creada para hacerte feliz, para que puedas soñar con volver a bailar de nuevo.”
Oriana es una robots androide de quinta generación con IA, diseñada para acompañar a Bastián, ayudándolo a calmar su alma atormentada frente a la imposibilidad de bailar de nuevo. En una realidad virtual, bailan juntos, permitiéndole revivir su pasión truncada.
Cada día, Bastián se dirige a su trabajo como maestro de ballet, consciente de la limitación que ahora define su vida. Una caída lesionó gravemente su rodilla, impidiéndole volver a bailar. Sin embargo, en cada clase, conecta con sus alumnos, transmitiéndoles su vasto conocimiento. Con pasión, dibuja el lenguaje del baile, utilizando parte su cuerpo para plasmar movimientos llenos de vida.
Bastián, necesita a Oriana. Ella es su refugio, su medicina emocional. En la soledad de la noche, cuando el mundo se apaga, Bastián y Oriana bailan juntos en una realidad que, aunque no es tangible, es lo más real que tiene. Ese momento de escape, le da fuerzas para seguir adelante. Sabe que ambos mundos, el real y el virtual, le permiten vivir con pasión, alegría y entusiasmo, enseñando a otros a forjar su camino en el arte de bailar.
Cada noche, en esa realidad, Bastián encuentra su mayor consuelo: bailar hasta que la luz de Oriana se apague.
Nota del Autor
Categoría: Relatos Cortos. Historia de Ficción. Inspirada en la AI Degenerativa y Réplicas Biomecánicas. Relaciones Humanas & Chatbots.
Temas:
Distopía/Tecnosexual/Realidad Virtual/Esperanza/Motivación