La razón de vivir es lo que da sentido a la existencia y nos impulsa a seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles. Es el faro que guía nuestros pasos y nos recuerda que estamos aquí por algo más grande que simplemente existir.
Pero ¿es suficiente tener una razón para vivir? ¿O necesitamos algo más profundo para trazar y construir nuestro propósito de vida?
El propósito de vida no es un destino fijo ni una meta única. Es un camino en constante evolución, una brújula que se afina con cada experiencia, con cada desafío superado y con cada sueño perseguido.
Descubrirlo implica mirar hacia dentro y preguntarnos: ¿Qué amo hacer? ¿En qué soy bueno? Tal vez ya poseemos ciertas habilidades innatas, pero otras las desarrollamos con el tiempo, con esfuerzo y dedicación.
También debemos mirar hacia afuera: ¿Qué necesita el mundo? ¿Cómo puedo contribuir?
Porque nuestro propósito no solo se trata de nosotros, sino del impacto que podemos generar en los demás. Ahí radica nuestra misión.
Y si, además, logramos que aquello que ofrecemos tenga un valor por el cual las personas estén dispuestas a pagarnos, encontramos un equilibrio entre pasión, vocación y sustento.
Sin embargo, encontrar el propósito no es un evento repentino, sino un proceso de exploración y construcción. Un viaje donde cada paso nos acerca a comprender quiénes somos y qué queremos dejar en este mundo.
A veces sentimos que no tenemos claro nuestro propósito. Nos inquieta la incertidumbre, nos abruma la sensación de estar perdidos. Pero está bien sentirlo, no te agobies por ello.
No necesitamos tener todas las respuestas hoy. La vida nos va revelando piezas del rompecabezas en el momento justo. Y cuando miramos atrás, comprendemos que cada decisión, cada camino tomado (o incluso los evitados), cada experiencia vivida, ha sido parte de ese propósito que creíamos desconocer.
Porque al final, no es un solo propósito lo que nos define, sino la suma de todos aquellos pequeños propósitos que nos han movido a lo largo de la vida. Cada uno ha sido una pieza esencial que nos ha acercado a nuestra verdad.
Así que, aunque hoy no tengas todas las respuestas, confía en el proceso. Vive, explora, equivócate, aprende, crece.
Porque mientras sigas buscando, mientras sigas sintiendo esa chispa que te impulsa a avanzar, estarás más cerca de encontrar y construir el propósito que da sentido a tu existencia.
“Porque a través del laberinto de las mil puertas sólo puede guiarte un deseo auténtico. Quién no lo tiene ha de vagar por laberinto hasta que sabe lo que desea. Y a veces hace falta mucho tiempo para eso.”
La historia interminable_ Michael Ende.
Comentario del Autor
Categoría: Reflexiones. Inspirado en la juventud y su búsqueda de propósito. En adultos que descubren hoy en día que estaban hechos para otro propósito.
Temas: Propósito/esperanza/ autoconocimiento/habilidades/deseos