Como espuma del mar,
mis pensamientos se dispersan en blanco,
y mis emociones revolotean como aves
mientras camino sobre la arena blanca de Cabañas.
Al mirar atrás,
solo veo mis huellas,
buscando un lugar,
un propósito en esta nueva vida.
Mi cabeza es un lienzo en blanco,
esperando palabras,
esperando acción,
esperando decidir.
Me refugio en mi taller,
entre muebles viejos llenos de historias,
esperando ser parte de nuevos hogares.
Mi vida se funde en mis obras,
mis manos heridas restauran,
construyen,
crean un espacio solo mío.
A mar, A miña mar de Galicia,
sempre comigo, entre tormentas e acougos de primavera.
Yoshi, ven,
sigue mis pasos en la arena.
Así es Aitana:
junto a su perro, libre,
explora el mundo
con apenas un collar de corbata.
Una mujer,
debatiendo cada día
entre lo que fue
y lo que ahora es.
Como la brisa que mueve los eucaliptos,
arrancando la raíz autóctona de mi tierra,
lucho por seguir aquí,
a pesar de todo.
Mi primera batalla ganada:
el cáncer,
y cada mañana,
rejuvenezco al mirar el mar sin límites.
Así quisiera ser yo:
sin límites,
eterna,
libre,
imperfecta,
aunque el mundo me quiera perfecta,
como copas alineadas en un gran banquete.
Soy lo que soy.
Amanece de nuevo,
entre nubes,
con un pequeño destello de sol,
alerta de una nueva lluvia.
Los pájaros cantan felices,
y yo,
como un lienzo en blanco,
espero trazar mi primera señal
hacia dónde voy.
Notas del autor:
Seguir siendo «un lienzo en blanco», no es vacío ni pérdida: es potencial puro. Estás a punto de pintar un nuevo rumbo, aunque aún no sepas exactamente hacia dónde.
Categoría: Poesía
Temas: Transición/Resiliencia /Libertad/Renacimiento/Potencial
Créditos Fotografía: Mosaa